Antes de que el coronavirus apareciera, Argentina ya estaba en una situación económica compleja. El país atravesaba una recesión, marcada por un alto nivel de desempleo, inflación y pobreza. Además, de la histórica reestructuración de su deuda.
Como consecuencia del brote, el país ha tenido que tomar medidas de emergencia para evitar un colapso económico total y garantizar un sustento a sus trabajadores, muchos de los que no pueden asistir a sus lugares de trabajo desde marzo por la cuarentena decretada por el gobierno de Alberto Fernández.
En este contexto, Argentina en pleno proceso de renegociación de su deuda que en total alcanza los US$323 mil millones. El ministro de economía del país, Martín Guzmán, escribió una columna en Financial Times, en la que afirmó que resolver la crisis de la deuda en tales circunstancias, requiere sentido común, colaboración e ideas frescas, en interés tanto de los acreedores internacionales como de Argentina. Esta semana es clave para dicho proceso, el gobierno tiene plazo hasta el viernes, para que sus acreedores acepten una propuesta de reestructuración de deuda de US$65 mil millones, lo que según Guzmán, ha sido difícil, pero que no significa que busquen extender el plazo para alcanzar el acuerdo.
El ministro de economía explicó que en un nuevo mundo del covid-19, no podemos continuar gastando el 20% de los ingresos del gobierno o más en pagos de deuda, como algunos acreedores han efectivamente sugerido. Su propuesta incluye un período de gracia de tres años, una reducción de 5,5% en el capital de los bonos y una reducción de 62% en los pagos de intereses, lo que deja a los acreedores con un cupón de bonos promedio de 2,3%, en comparación con su promedio actual de 7%, que según Guzmán, no es bajo considerando el entorno actual de tasas de interés. Según el ministro, no le están pidiendo a sus acreedores que pierdan, sino que ganen menos.
Pero esta semana, tres grandes grupos de acreedores ya rechazaron la oferta liderada por Guzmán, chocando con la postura del gobierno, que dice que no puede pagar nada más. Argentina debe sellar un acuerdo de reestructuración de la deuda con sus acreedores más importantes antes del 22 de mayo, el día en que concluye un período de gracia de 30 días para los pagos que ya no cumplió, para evitar su noveno incumplimiento de deuda soberana. La última vez que esto ocurrió en la crisis de 2001, Argentina estuvo fuera del mercado internacional durante 15 años y millones de ciudadanos de clase media fueron arrastrados a la pobreza.