El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta en el senado el juicio político que fue impulsado por los demócratas que controlan la Cámara de Representantes. Proceso que delineará la previa de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. Los cargos en su contra: abuso de poder y obstrucción al Congreso, todo enmarcado en la trama ucraniana, en la que el mandatario republicano habría presionado al jefe de Estado de ese país con retirar ayuda militar y económica si no llevaba a cabo una investigación al ex vicepresidente y actual rival político, Joe Biden y a su hijo.
El histórico impeachment ya ha estado marcado por la división partidista que caracteriza su mandato. La oposición demócrata lucha por apartar a Trump del cargo, mientras que los republicanos buscan una rápida absolución. Ello quedó en evidencia en las primeras horas del proceso formal, al delinearse las reglas del juicio. Y es que este, que se prevé se tomará un par de semanas y se extenderá en cada jornada hasta altas horas de la noche, deberá pasar por ambas partes presentando sus argumentos. Luego seguirá la defensa que, al igual que los primeros, tendrán entre 3 y 4 días a su disposición y podrán hacerlo en un lapso de hasta 24 horas. Una vez concluida esta fase, los senadores podrán hacer preguntas solo por escrito y debatirán si es necesario convocar a nuevos testigos o si se requieren más documentos. También serán necesarios votos antes de considerar cualquier evidencia recopilada por la investigación.
Por su parte, Trump puede optar por comparecer ante la Cámara Alta, pero se estima que será el abogado de la Casa Blanca quien testifique en su lugar. Mientras, el presidente se ha enfocado en alardear de los logros económicos de su gestión durante el Foro de Davos, obviando las maniobras políticas llevadas a cabo en Washington. Y es que, en definitiva, el presidente confía en que será absuelto ya que necesita el voto de 20 republicanos en su contra, y hasta ahora estos no existen.
