El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a poner el acelerador a la guerra comercial. A pesar de que representantes de su gobierno se reúnen esta semana con México, con el fin de lograr un acuerdo que relaje las tensiones entre ambos países, el titular de la Casa Blanca aseguró que los gravámenes a los productos aztecas entrarán en vigencia la próxima semana, aún cuando ambas partes de seguro seguirán conversando.
Sus palabras se produjeron en una rueda de prensa conjunta con la primera ministra saliente del Reino Unido, Theresa May, donde además se refirió a la disputa que mantiene vigente contra China, especialmente en el área de la tecnología. En el lugar, presionó al próximo gobierno británico a lograr un acuerdo que prohíba el desarrollo de la tecnología 5G por parte de Huawei y para ello apeló a que "el Reino Unido es un gran aliado" por lo que considera que no habrá ningún problema al respecto.
Las crecientes tensiones han llevado a la Reserva Federal de Estados Unidos a considerar la posibilidad de modificar la política monetaria al punto de empezar a bajar las tasas. El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que el banco central está listo "para actuar como corresponde para sostener la expansión", mientras monitorea el impacto económico de la escalada de las guerras comerciales. Ya el lunes, el presidente de la Fed de St. Louis, James Bullard, había adelantado que podría "justificarse pronto" unos tipos más bajos, citando los riesgos de guerra comercial, la desaceleración del crecimiento global y la falta de presión inflacionaria en Estados Unidos.
Todo esto, mientras los principales bancos de Wall Street advertían a los inversionistas del creciente riesgo de una recesión a propósito del enfrentamiento entre las dos primeras economías del mundo. Los próximos días y semanas podrían ser decisivos en esta guerra, hasta ahora de dos frentes, que mantiene Trump.