Brasil y Argentina no despegan. Perú, los sigue de cerca. Mientras en la nación trasandina, el presidente Mauricio Macri reconoce que aún no ha sido posible poner un freno a la desatada inflación que se espera este cerca de un 40% este año y que en marzo alcanzó su punto más alto, en Brasil los datos más recientes de la economía apuntan a que la debilidad se ha extendido hasta el mes de febrero, llevando a analistas a reflejar su preocupación en las estimaciones para el crecimiento del PIB para este y el próximo año.
Este lunes, el banco central público el índice de Actividad Económica que mostró una caída de 0,73% para el mes, frente a enero, cuando ya había registrado un retroceso. En simultáneo se publicó el último boletín Focus, con una revisión a la baja del PIB a 1,95% para 2019 y a 2,58% para 2020. El dato ha venido sufriendo sucesivas reducciones y se teme que puedan continuar, debido a las trabas que ha conseguido el texto de la reforma previsional en la Cámara de Diputados, que apuntan sea aprobado ya en el tercer trimestre de este año y no antes como había sido planificado.
En conjunto, las estadísticas son la señal más reciente de que el presidente Jair Bolsonaro sigue encontrando problemas para retomar el crecimiento, que se ha visto impactado durante meses por el alto desempleo, el debilitamiento de las inversiones y niveles de confianza que no consiguen estabilizarse, precisamente por las trabas legislativas que ha conseguido la reforma de pensiones.
En tanto, Perú parece haber dejado atrás las tasas de crecimiento del año 2018, por encima del 4%, para iniciar este año con debilidad. El país registró un avance de 1,58% en enero y recién anunció que febrero continua a paso lento con un alza de 2,09%.