Venezuela ya lleva casi una semana con dos presidentes y la administración de Nicolás Maduro enfrenta presión creciente, el heredero de hugo chávez está siendo arrinconado en los dos blancos más importantes para su supervivencia, el apoyo del ejército y el acceso a financiamiento.
Tan pronto como Juan Guaidó juramento como presidente encargado y recibió el apoyo de EEUU, Canadá y la mayoría de los países de América Latina, incluido Chile, el ministerio de defensa del régimen organizó una conferencia de prensa en que altos mandos castrenses reafirmaban su defensa de la presidencia de Maduro, pero, días después el agregado militar del país en EEUU manifestaba su apoyo a Guaidó y extendía una invitación a sus pares que podría ser la primera señal de que el gobierno chavista comienza a perder el respaldo del ejército. Ello podría configurar el escenario para un levantamiento militar contra el gobernante.
Pero, el lunes EEUU asestó otro golpe a la administración, al implementar las primeras sanciones directas contra el petróleo del país del cual es el primer comprador. Las medidas contra la estatal PDVSA cortan una vía de financiamiento relevante para la administración de maduro, ellos se suma a los fondos que el tesoro venezolano tiene retenidos en otros lugares del mundo, entre ellos el Banco de Inglaterra, el desconocimiento internacional de su presidencia podría también afectar la billetera fiscal.
La presión aumenta para que Maduro abra el escenario para abandonar el poder, tras asegurar que triunfó en unas elecciones ampliamente cuestionadas el año pasado, pero esa misma presión también afecta a los millones de venezolanos que no han abandonado el país y que podrían ver disminuida aún más su calidad de vida.
