Aviación, Salud y Energía son los tres negocios independientes en los que ha planificado dividirse la multinacional General Electric (GE), una de las más simbólicas y antiguas empresas de Estados Unidos, anunciaron sus voceros este martes.
La empresa, que por años ha enfrentado reestructuraciones y se ha desprendido de algunas áreas, ha programado abandonar el negocio de salud en 2023 y el de energía en 2024, dedicándose exclusivamente al negocio de la aviación a partir de entonces, de acuerdo al comunicado de GE.
“Nos hemos fijado como meta dar forma al futuro de la aviación, brindar precisión en salud y encabezar la transición energética, para lo cual debemos movernos con rapidez”, expresó en una nota Larry Culp, director ejecutivo de GE.
Thomas Edison fue quien creó GE a fines del siglo XIX, la cual generó de nuevo ganancias en 2020 luego de sufrir pérdidas por dos años, aunque en el ejercicio de este año ha debido enfrentar dificultades operativas que le han hecho perder cerca de US$3.000 millones.
En años recientes, la empresa ha traspasado su filial de motores industriales, su unidad de inversiones en energía y su negocio de biotecnología, entre otras áreas, al igual que redujo el personal de aviación luego de desencadenarse la crisis del covid-19.
“Continuaremos disminuyendo nuestra deuda, mejorando nuestras operaciones y empleando de forma estratégica el capital para crecer en sostenibilidad y rentabilidad” sacando provecho de lo “avanzado” de sus reestructuraciones, indicaron fuentes de GE.
El costo de la transacción, estimado en US$2.000 millones, será asumido por la empresa, la cual debe ser primero aprobada por su junta directiva y los entes reguladores fiscales y bursátiles estadounidenses.
En torno al 5% subieron las acciones de GE en las operaciones preliminares a la apertura de sesiones de Wall Street de este martes, ello luego de hacerse público este anuncio. En un 50% ya se habían revalorizado en el último año.
A inicios del 2000 y antes del arribo de Apple, Amazon o Google, GE alcanzó la mayor capitalización de Wall Street, llegando a valer casi US$600.000 millones. No resultaron exitosas sus adquisiciones de la compañía hipotecaria WMC en 2004 y de la división de energía de la empresa francesa Alstom en 2015.
Asimismo, dado lo riesgosas de sus inversiones inmobiliarias, su área financiera fue muy afectada por la denominada crisis de las hipotecas "subprime" de 2008. Tras haber pertenecido por 111 años al Dow Jones Industrial Average, debió abandonarlo en 2018.
