Hace dos días que el fuego en el norte de California está incontrolable, los bomberos trabajan sin descanso, pero las llamas no cesan y ya han destruido casas, vegetación, autos y varias hectáreas de la zona vitivinícola del estado.
Actualmente hay más de mil bomberos combatiendo los focos de incendio, adicionalmente, existen treinta y nueve helicópteros del departamento de bomberos de los ángeles en el aire acarreando agua.
Al menos 25.000 personas lograron evacuar a tiempo de barrios que tras el paso del fuego quedaron totalmente destruidos y unas 5.000 se refugian en albergues. El último reporte habla de 46 mil quinientas hectáreas consumidas por las llamas.
El presidente Trump escuchó el pedido de las autoridades locales y decretó estado de desastre en California por lo que el gobierno federal liberó recursos para combatir los 17 focos aún activos.
Más de 103 mil personas están sin gas ni electricidad y por lo menos 45 mil habitantes están sin agua. Colegios, autopistas carreteras y dos hospitales cerraron ante la inminente amenaza de las llamas impulsadas por la fuerza del viento pero que recién este martes comenzaron a ceder levemente.