"Han sido los peores 5 meses de mi vida", dijo el presidente Mauricio Macri al referirse a las dificultades económicas que enfrenta Argentina. Y es que el mandatario reconoció por primera vez que el país atraviesa una crisis, y que las medidas que adoptó para salir de ella, podrían aumentar la pobreza.
El paquete, anunciado el lunes, incluye la reimposición de las retenciones a las exportaciones, el traspaso de la administración de algunos subsidios a los gobiernos provinciales y la reducción de ministerios a menos de la mitad. Todo esto con el fin de lograr una meta de equilibrio fiscal en 2019, en lugar del déficit de 1,3% que se preveía. Esto le permitirá al gobierno ahorrar US$ 6.000 millones, los que se suman a los US$ 5.200 millones que ahorrará teniendo un superávit fiscal de 1% en 2020.
El plan no logró convencer a los economistas, que cuestionaron el énfasis en la reducción del gasto, en lugar de privilegiar el impulso económico, para que el crecimiento se traduzca en un aumento de los ingresos. Pero el programa tampoco convenció a los inversionistas, lo que se reflejó en un alza del dólar, a pesar de que 3 minutos antes del cierre del mercado el banco central hizo una subasta por US$ 100 millones. Con esto, las intervenciones del central suman ya US$ 1.390 millones en las últimas dos semanas.
Otra pregunta que muchos se hacen es cómo pretende la Casa Rosada salir del estancamiento económico en un escenario en que la inflación está desbocada, lo que ha disminuido los ingresos de las personas y ha reducido su capacidad de consumo. Macri se enfrenta ahora a dos pruebas claves: una es este martes, cuando su ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne, presente este paquete de medidas al Fondo Monetario Internacional, para negociar nuevas condiciones en el préstamo stand-by por US$ 50 mil millones que ya le fue otorgado. La otra prueba será en 2019, pero esta vez de cara a la gente, en las urnas, si decide postular a la reelección.