La crisis económica en Argentina no da tregua. No sólo se trata de que el país cuente con una inflación desatada que se ubica en más de 40% para este año, ni que el índice de la pobreza haya alcanzado niveles de 2015, ni que el peso argentino haya terminado siendo la moneda peor evaluada del mundo según Bloomberg, sino que ahora la nación está presionada por el ambiente electoral a propósito de las presidenciales de octubre.
La posibilidad de un regreso a la Casa Rosada de la ex presidenta Cristina Fernández, había activado las alarmas en el mundo empresarial, por el temor de medidas más restrictivas y anti empresariales. Ello llevó al actual jefe de Estado, Mauricio Macri, a reunirse con los representantes de las principales empresas que operan en la nación y que participan en el plan Precios Cuidados, como parte de un conjunto de medidas que incluye el congelamiento de las tarifas de energía residencial y transporte, pensado por el gobierno como su apuesta para generar una sensación de alivio en los bolsillos de los consumidores.
Representantes de firmas como Arcor, AGD, Pepsico, Quilmes, Cabrales, Carrefour, Walmart, Día y la chilena Cencosud estuvieron presentes en el encuentro, en el que el mandatario aseguró que derrotara a Fernández y ganara las próximas elecciones. Buscó imprimir algo de tranquilidad en el mundo de los negocios, les reitero que la adopción de las medidas económicas es "voluntaria" y que necesita apoyo para lograr la estabilidad que todos desean.
Aunque, según medios locales, la receptividad empresarial no fue del todo positiva y se habría pedido algún tipo de beneficio fiscal para las compañías que hacen el esfuerzo y que se descarten multas por incumplimiento del abastecimiento voluntario, desde el ministerio de Comercio Interior argentino aseguran que el ambiente fue de colaboración y que se logró un compromiso de que no habrá desabastecimiento.