Un día negro vivieron los mercados el pasado lunes, luego de que señales de una escalada del conflicto comercial entre China y Estados Unidos arrastraran a los mercados y dispararán el precio del dólar.
Luego de que el presidente estadounidense Donald Trump amenazara la semana pasada con aplicar un arancel de 10% a US$ 300.000 mil millones en productos chinos a partir del 1 de septiembre, el banco central de China decidió devaluar su moneda, el yuan, a un mínimo en 11 años. La jugada, que se justificó citando las pérdidas que ha sufrido la divisa por el proteccionismo comercial y los aranceles impuestos por Estados Unidos, rompió con la barrera de 7 yuanes por dólar que Beijing mantuvo por años.
Los principales índices de las bolsas mundiales cayeron entre un 3% y 4%, en nuestro país, el dólar llegó a bordear los 723 pesos, para cerrar en 721 pesos. Y si bien la jornada de este martes se ha mostrado más tranquila, los analistas ya se preparan para un escenario de conflicto arancelario prolongado.
El banco Goldman Sachs ahora prevé que no habrá acuerdo antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos en 2020. Asimismo, otorga un 75% de probabilidades de que la Reserva Federal aplique un recorte de 25 puntos base en su tasa de interés de referencia en su próxima reunión, en septiembre. El banco central justificó su rebaja de 25 puntos en su reunión de fines de julio en la incertidumbre del panorama externo, con una guerra comercial que se arrastra por más de un año a pesar de que la economía estadounidense ha mostrado señales de fortaleza, desacelerándose menos de lo esperado en el segundo trimestre.
El dólar, por su parte, no cedería fácilmente, ya que junto al oro es uno de los refugios a los cuales recurren los inversionistas cuando se produce volatilidad. Es poco probable que haya avances hacia un acuerdo durante este mes, ya que la próxima ronda de negociaciones entre Beijing y Washington es en septiembre. El dólar alto favorece a nuestros exportadores, sobre todo agrícolas y vitivinícolas, pero se traducirá en precios más altos de los productos importados, como la tecnología y los autos. Puede encarecer, además, el pago de servicios internacionales como Uber, Netflix y Spotify.