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Visita estratégica de Xi Jinping a Italia, Mónaco y Francia

Mientras Europa lucha por lograr una posición firme, unida y coherente sobre las ambiciones expansionistas de China, el presidente Xi Jinping llevó un mensaje claro "les pidió que confíen en Beijing."

Visita estratégica de Xi Jinping a Italia, Mónaco y Francia
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Mientras Europa lucha por lograr una posición firme, unida y coherente sobre las ambiciones expansionistas de China, el presidente Xi Jinping llevó un mensaje claro, reunido con su par francés Emmanuel Macron, la canciller alemana Angela Merkel y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, les pidió que confíen en Beijing.

Así intentaba dejar de lado las dudas por la creciente influencia del gigante asiático, las ambiciosas inversiones y la posible interferencia a través de las redes 5G. Sus declaraciones surgen luego de que el lunes, Macrón defendiera con firmeza el Multilateralismo y el equilibrio en las relaciones bilaterales, y dejará expuestas las reticencias que comparte con otros integrantes de la Unión Europea respecto de los avances chinos en comercio y tecnología. "Ningún país, por poderoso que sea, puede redefinir por si mismo las reglas del juego multilateral", dijo el jefe de Estado galo al expresar su rechazo a la iniciativa del gigante asiático One Belt, One Road un proyecto lanzado en 2013 para conectar a China, por mar y tierra, con las economías occidentales en Europa, Medio Oriente y África.

Macron pidió que la cooperación funcione en ambas direcciones y consideró que las firmas europeas necesitan mayor acceso a China, más confianza en sus intercambios y una mejora tangible en la competencia leal. Aún así, pese a las diferencias, Macron y Xi firmaron 15 acuerdos comerciales por unos US$45 mil millones, incluido un pedido de 300 aviones Airbus valorado en US$32 mil millones.

Merkel, en tanto, le ha dado un giro más positivo a la retórica más dura de Europa. Consideró que el término "competencia estratégica" tiene una connotación positiva. Y es que los socios alemanes están tratando de reforzar sus relaciones con la segunda economía mundial porque Berlín reclama la mayor parte del comercio de Europa con China.