ANUNCIOS

Xi Jinping se convierte en el líder más poderoso de China desde Mao Zedong

Este martes finalizaron las sesiones quinquenales del Congreso del Partido Comunista Chino, y el presidente Xi logró uno de sus principales objetivos.

Xi Jinping se convierte en el líder más poderoso de China desde Mao Zedong
ANUNCIOS

Este martes finalizaron las sesiones quinquenales del Congreso del Partido Comunista Chino, y el presidente Xi Jinping logró uno de sus principales objetivos.

Xi se convirtió en el líder más poderoso de China desde Mao Zedong al incluir su nombre en la constitución del partido. El congreso se realizó en Beijing y marca oficialmente el inicio del segundo período de cinco años de Xi como secretario general del partido. Los más de 2.300 delegados que participaron en la instancia votaron de forma unánime por incluir una referencia al "pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era" en el documento. Así, Xi se transformó en el segundo gobernante chino después de Mao, el revolucionario líder del partido, en asegurar una referencia a su nombre en la constitución mientras aún está en ejercicio. Con esto, se rompe el modelo de liderazgo que había caracterizado a la élite política en el último cuarto de siglo.

La "teoría sobre el socialismo con características chinas" de Deng Xiaoping, que sirvió como marco para las reformas económicas orientadas al mercado de los '80, sólo se incluyó en la constitución cuando el líder ya había fallecido. Y los predecesores directos de Xi, los expresidentes Jiang Zemin y Hu Jintao gobernaron bajo una figura de ser "los primeros entre iguales", rodeados de poderosos rivales políticos. La referencia a Xi en la constitución le permitirá seguir siendo el líder supremo del país aun cuando ya se haya retirado del gobierno.

Para los analistas, además, es una señal de que Xi está preparando el camino para permanecer en el poder hasta 2027, rompiendo la tradición de gobernar sólo por dos períodos consecutivos. Con este nuevo estatus, Xi tiene el capital político suficiente para realizar reformas económicas y financieras que reduzcan la dependencia de la economía china de la inversión impulsada por la deuda.

En su discurso de apertura del congreso, Xi delineó su visión de "una nueva era" para China, marcada por una apertura a las inversiones extranjeras, el apoyo a las empresas privadas y un tipo de cambio más determinado por el mercado. A nivel internacional, en tanto dijo, que promoverá el comercio global y que su meta a 2050 es que el país sea un líder mundial.